Dios mío, Dios Bueno, con el grito de «Jesucristo Vive» vengo a tu presencia, conciente de que Tú estás vivo, me escuchas, me hablas, obras en mí, y el tiempo que consumo en esta oración no es ni mucho menos perdido.
Infinitas son las dudas, pero Tú eres la única respuesta; la conciencia me puede acusar de muchas y pesadas culpas, pero tu amorosa Voz me vuelve a repetir que Tú cargas con ellas y me haces Libre por Amor; las inquietudes me pueden asaltar, pero Tú me ofreces que me acerque a ti que eres Fuente de
Paz sin fin!
Gracias por hacerlo todo Nuevo, Señor; gracias por esta nueva Oportunidad de vivir en tu Amor; gracias por revelar tu Presencia a los humildes y sencillos de corazón!
Te agradezco por todos los hermanos que oran por mí, aunque no conozca ni de nombre los lugares donde se encuentran; y te pido que los sigas Bendiciendo a ellos.
Asísteme para que muestre fielmente en mi alrededor el Camino de Felicidad, de Paz y Bien, que es posible seguir y que vale la Vida seguir; sin mirarme tanto a mí, para no tropezar, sino a Ti, que eres el Camino!
Así sea. Amén!
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