Desde mi humilde habitación, desde mi humilde corazón, desde mi humilde rincón del mundo; a quién acudo sino a Ti, mi Dios, que en mi debilidad te haces fuerte, que me dices que me Amas una y otra vez, que conmigo quieres estar en este lugar.
Toma mi corazón, dale tu fuerza para latir; toma mis pies, dale tu dirección para seguir; toma mi tiempo, dale tu Amor para Vivir.
Gracias, Dios que te hiciste mío, porque cada día tu Presencia y tu poder me sustentan. Bendito seas, mi Dios, y exaltado por mi humilde corazón por toda la eternidad.
Así sea. Amén
Comentarios
0 Comentarios