Señor, Dios nuestro, ¿qué nos puede separar de tu Amor? ¿Del verdadero tesoro del hombre que es tu Amor? ¿Acaso pueden las dificultades o el temor, la persecución o las críticas, el peligro o el poder de las espadas? En todas estas cosas somos más que Vencedores, por medio y gracias a Él, al Amor de Dios hecho carne en Jesucristo, quien me amó y me ama a mí! Quien se hizo pobre y humilde para amarme a mí!
Querido Padre Amoroso, Lindo y Todopoderoso, anhelo Valentía; aquella misma Valentía de Clara de Asís y de tantos hermanos apasionados por tu Buena Noticia. Tú responderás a mi oración, y una y otra vez te pido y me das Fuerza, con el Poder de tu Espíritu, el único poder que me puede Fortalecer. Te doy Gracias por todo lo que has hecho para mí. Ayúdame avanzando de Victoria en Victoria, hasta que todo en la tierra sea vencido por y para el Bien, y honor de tu Amor entre la humanidad.
Así sea. Amén!
Comentarios
0 Comentarios