De la utopía a la realidad, de la realidad a la utopía
El tiempo que he pasado con la rosa es lo que hace que la rosa sea tan importante para mí
Antoine de Saint Exupéry
Cultura del diálogo-cultura del encuentro
La fraternidad se edifica sobre la cultura del diálogo. En las CCGG se menciona el diálogo como camino para resolver los conflictos. El diálogo es la misma prevención de los conflictos. Pero hay que ejercitarse.
Dialogar no es dejar al otro hablando solo como a los locos para luego decir ¡qué democráticos somos!
Dialogar es permitir que el otro me desestabilice y me lleve a nuevas miradas.
Dialogar es permitir que el otro cuestione mis certezas y seguridades y me haga cambiar
Dialogar es no cerrarse a lo que el otro dice o hace, preguntando qué puede tener de razonable.
El dialogo presupone encontrarme con un-otro-como-yo distinto pero semejante.
A veces el diálogo surge-sin palabras- de la contemplación del hermano. Y de la santa emulación e sus virtudes. Como san Francisco que conocía la intimidad de los hermanos. Al describir al hermano menor perfecto revelaba cuán bien había descubierto sus dones y talentos, y cuánto se dejaba edificar por ellos.
«El bienaventurado Padre… pensaba muchas veces para sus adentros en las condiciones y virtudes que debería reunir un buen hermano menor. Y decía que sería buen hermano menor aquel que conjuntara la vida y cualidades de estos santos hermanos, a saber, la fe del hermano Bernardo, que con el amor a la pobreza la poseyó en grado perfecto; la sencillez y pureza del hermano León, que fue varón de altísima pureza; la cortesía del hermano Ángel, que fue el primer caballero que vino a la Orden y estuvo adornado de toda cortesía y benignidad; la presencia agradable y el porte natural, junto con la conversación elegante y devota, del hermano Maseo; la elevación de alma por la contemplación, que el hermano Gil tuvo en sumo grado; la virtuosa y continua oración del hermano Rufino…; la fortaleza corporal y espiritual del hermano Juan de Lodi…; la caridad del hermano Rogerio, cuya vida toda y comportamiento estaban saturados en fervor de caridad; la solicitud del hermano Lúcido, que fue en ella incansable; no quería estar ni por un mes en el mismo lugar, pues, cuando le iba gustando estar en él, luego salía, diciendo: «No tenemos aquí la morada, sino en el cielo»» (EP 85)
La jornada de paz del 2014
Cada siglo reclama al franciscanismo algo. Y esto es así porque es custodio del Evangelio. El evangelio siempre es novedad.
León XIII interpelado y animado, entre otros, tal vez por el terciario Leon Harmel, dueño de una fábrica que había convertido en familia, lanzó numerosas exhortaciones a los terciarios de su época con respecto a la cuestión social. Otro papa fundaría la Accion Católica que tiene a san Francisco de Asis como patrono. En la génesis de esta nueva asociación evangelizadora laical, estuvo la poca respuesta de la OFS al dramático llamado del papa de la Rerum Novarum.
Estamos viviendo un tiempo de gracia con el papa Francisco. Nos está pidiendo que hagamos de la fraternidad el basamento de la paz. ¿Lo escucharemos?
“La fraternidad, fundamento y camino para la paz”, será el tema de la 47ª Jornada Mundial de la Paz, la primera del papa Francisco. La Jornada Mundial de la Paz fue iniciada por Pablo VI y se celebra el primer día de cada año.
El Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz se envía a las Iglesias particulares y a las cancillerías del todo el mundo para destacar el valor esencial de la paz y la necesidad de trabajar incansablemente para lograrla.
El papa Francisco eligió como tema de su primer Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz la fraternidad.
Desde el inicio de su ministerio como obispo de Roma, el Papa destacó la importancia de superar una “cultura del descarte” y promover la «cultura del encuentro», para avanzar en la consecución de un mundo más justo y pacífico.
“La fraternidad es una dote que todo hombre y mujer lleva consigo en cuanto ser humano, hijo de un mismo Padre. Frente a los múltiples dramas que afectan a la familia de los pueblos —pobreza, hambre, subdesarrollo, conflictos bélicos, migraciones, contaminación, desigualdad, injusticia, crimen organizado, fundamentalismos —, la fraternidad es fundamento y camino para la paz.
La cultura del bienestar lleva a la pérdida del sentido de la responsabilidad y de la relación fraterna. Los demás, en lugar de ser nuestros «semejantes», se convierten en antagonistas o enemigos, y frecuentemente son cosificados. No es extraño que los pobres sean considerados un «lastre», un impedimento para el desarrollo. A lo sumo son objeto de una ayuda asistencialista o compasiva. No son vistos como hermanos, llamados a compartir los dones de la creación, los bienes del progreso y de la cultura, a participar en la misma mesa de la vida en plenitud, a ser protagonistas del desarrollo integral e inclusivo.
La fraternidad, don y tarea que viene de Dios Padre, nos convoca a ser solidarios contra la desigualdad y la pobreza que debilitan la vida social, a atender a cada persona, en especial de los más pequeños e indefensos, a amarlos como a uno mismo, con el mismo corazón de Jesucristo.
En un mundo cada vez más interdependiente, no puede faltar el bien de la fraternidad, que vence la difusión de esa globalización de la indiferencia, a la cual se ha referido en repetidas ocasiones el Papa Francisco. La globalización de la indiferencia debe ser sustituida por una globalización de la fraternidad.
La fraternidad toca todos los aspectos de la vida, incluida la economía, las finanzas, la sociedad civil, la política, la investigación, el desarrollo, las instituciones públicas y culturales.
El papa Francisco, al inicio de su ministerio, con un Mensaje que está en continuidad con el de sus predecesores, propone a todos el camino de la fraternidad, para dar un rostro más humano al mundo.+
Poner en práctica la REGLA : el único camino.
El papa Francisco repite muchas veces eso de que prefiere una Iglesia accidentada a una enferma. Los grupos parroquiales y muchos movimientos al no salir a la misión se enferman. Y permanecen enfermos más aun cuando no se replantean los objetivos para los cuales fueron fundados.
Lamentablemente el único objetivo de las autoridades de muchos grupos de iglesia es mantener una burocracia eficiente. Se pone el carro adelante del caballo. Porque la organización es un medio, nunca un fin ¡Cuántas veces se ha escuchado que la primera prioridad del hermano debe ser cooperar con los servicios intra-orden estando disponibles para los ministerios !
¿Y los deberes de estado? ¿Y la evangelización de los mundos del trabajo, la educación, la salud, los medios de comunicación? ¿Y el encuentro con los marginados de hoy por ejemplo los adictos, los ancianos, los sin techo?¿ ¿Y la presencia en el mundo de la discapacidad? La falta de un pastoreo que envíe a la misión, no individualmente sino por lo menos de dos en dos, es la causa, en mi modesta apreciación, de nuestra enfermedad institucional…. Si asumiéramos nuestra tarea se irían solos todos aquellos que bastardean el carisma.
El único camino tanto para las fraternidades como para las comunidades parroquiales esta en vivir los ideales en forma concreta: el servicio, la práctica del amor concreto por el hermano ( Mateo 25) y vivirlos entre todos.
La parábola del trigo y la cizaña
Todos recordamos el reclamo de los discípulos de arrancar la cizaña. Y a todos nos puede interpelar en las fraternidades la existencia de trigo junto con la cizaña. La tentación es arrancar el trigo y homogeneizar el cultivo… ¡Qué haya solamente trigo! Sin embargo es la cizaña la que ayuda al trigo a fortalecerse, así como la enfermedad si no mata, genera anticuerpos.
Por otra parte en la experiencia de tantos conflictos habidos en la OFS, la separación de la cizaña, genera dos actitudes: la victimización de la cizaña genera simpatía hacia ella. Por otra parte en la Orden no se plantea la lucha de clases, y muchas veces no se puede desenmascarar abiertamente a los que generan conflictos: seria como apagar el fuego con fuego… Si queremos vivir la justicia que nos sobren la mansedumbre y la misericordia.
Debe haber corrección fraterna, pero esta será efectiva cuando haya vínculos de amor con el hermano. Como se ha reclamado tanto de la Iglesia, lo mismo debe decirse de las fraternidades: que sean más madres que maestras.
María Cecilia Jaurrieta OFS
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